jueves, 7 de enero de 2010

Sor Perversión

Salgo de una tienda de cachivaches de regalo intentando zanjar la última encerrona de estas irreductibles fiestas en forma de amigo invisible entre los amigos que nos vemos a menudo. ¡Fracaso!, salgo con las manos vacías, el siguiente escaparate es de un color intenso y trato de ver si atiende a mis intereses con una rápida mirada global que se pierde en la nada. Intento concentrarme un poco y caigo en la cuenta de que estoy frente a una sexy-monja a cuyos pies se divisa un pecho aislado y un patito amarillo. Pienso en el invisible de marras
...aquí ni entro.

1 comentario:

  1. Pues muchos invisibles habrían acertado más entrando aquí...

    ResponderEliminar