martes, 26 de octubre de 2010

Plan barato de Otoño

Ni llueve y llueve tras de los cristales ni otras zarandajas sobre el otoño, lo que hace única a la estación en Madrid como a la Arganzuela los goles locales del Calderón, son sus castañas pilongas brillantes y pulidas que al mandato de mis patadas infantiles (de 43 años haciéndolo) botan y rebotan imprevisibles, divertidas inofensivas y silenciosas. Probadlo en el Retiro recorriendo la verja de Alfonso XII.

2 comentarios:

  1. ¡SI PENSÉ QUE ERA UN BOTÓN DE TU VIEJO "LODEN"!

    ResponderEliminar
  2. Pues no te creas que en su día tuve que ir a esas siniestras mercerías de la Plaza del Marqués Viudo de Pontejos a reponerlos

    ResponderEliminar