Bajando por Carlos Arniches en dirección a donde en domingo se arma el puesto del vaquero del Rastro, me topo con este dibujo marinero con refrán que invita a mantenerse alerta como orejas de dobermann. Me acuerdo de mi padre, ser confiado hasta la médula que más de una vez me decía: "No te fíes ni de tu padre".
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