domingo, 14 de noviembre de 2010

Ganas de quitar las ganas

Lo de los peces y el marisco nadando en el escaparate-corredor de la muerte, esperando ser elegidos y posteriormente devorados no me gusta un pelo, pero esta cabeza de cerdo tocada con gafas de sol y espumillón prenavideño, debería ser causa suficiente para llevar a los autores ante los tribunales de lo penal.

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