miércoles, 3 de noviembre de 2010

Él vino en un barco... de dudosa procedencia

Sin ahogarse en gastos de publicidad, es necesario currarse un poco los anuncios porque a riesgo de perder una gran ocasión, esta oferta desprende la misma confianza que el Apple-iPhone que simultáneamente me ofrecen por la oreja derecha, muy bajito, gorra calada, con el "teléfono-chollo" en una mano muy cerrada y la otra en el bolsillo: "ganga caballero"

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