jueves, 8 de octubre de 2009

Jacobo, cuanto más alto, más bobo


Desde la cubierta de ferrocarril 30, casas, cosas y casos incitan a lanzarte al coso y con la excitación de los 360 grados de horizonte inabarcable no eres capaz de centrar el objetivo en nada concreto. La última hora de luz de las tardes de octubre es impagable. Subiré más veces a ver si estoy a la altura de la ocasión.

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