
Lunes 15:25, empieza la jornada laboral para
Gubiaman, se sienta en su alcorque, saca alguna revista para inspirarse y empezar una talla nueva o continua con la que dejó a medias en la sesión anterior. Así, mes tras mes, año tras año, salvo
vis maior. Su arte es discutible pero
su capacidad de abstracción contra mareas de gente de rebajas, de compras de Navidad, de idas y venidas a sus negocios
es incuestionable. A veces tengo que esperar un buen rato a que el tráfico humano que lo engulle se diluya unos segundos para comprobar que ahí está, infalible.