domingo, 6 de diciembre de 2009

El matiz entre refrescar y dar frío




Desde el escaparate de la tienda de comida de urgencia
la muchachina del anuncio de helados me lanza un besochino
que capturo con agrado desde la calle. Distinta es la sonrisa que me regala desde otro comercio la centenaria al óleo con la que me topo a continuación.
La primera pretende vender helados pero la que verdaderamente me congela la sangre sin proponérselo es la segunda.

4 comentarios:

  1. Ricaaaaaaaardo, que te pierdes. ¿No ves que la china salpica perdigones de silicona? No seas inocente, criatura...

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  2. Pues morir por morir a perdigonazo limpio prefiero que vengan del lejano oriente que del Pleistoceno.

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  3. La vieja se las trae... da escalofrios. Hoy también es un dia helador pero provoca sentimientos muy distintos. Espero tus fotos de la nevada madrileña. Irene.

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  4. Me he quedado sopa, he oído diana a las 8:30 y he llegado al curro "más atolondrado que de costumbre" como decía aquella. Así que cuando haga fotos la nieve será un recuerdo, pero ya habrá otras

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