Como soga al cuello
Por motivos que no merece la pena exponer, el otro día en nuestro particular sanedrín matutino del curro salió a debate la posibilidad de instaurar la figura del empleado del mes. Aunque no soy nada amigo de estas fórmulas cursis sin embargo,
al pasar por la tienda de trofeos del barrio, encuentro esta alegoría que bien podría ser entregada al trepa de turno objeto del dichoso premio.
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