La tarde del sábado pasado me planté
face to face ante la Scarlett de Mango que puebla marquesinas y chirimbolos de Madrid y, sin quitarle un ápice de mérito en cuanto a guapa oficial de Hollywood, me pareció que decía algo así como la canción desquiciada de los
Ilegales (1984):
"oye tú, tú que me miras, es que quieres ¿servirme de comida?". Por cierto, que nadie se apoye así en una silla de su casa a no ser que esté atornillada al suelo.
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