
"Doctor Mata"
que con menos concordancia de apellido se han visto arrastrados por la vocación y también a la oficina del Banco Bilbao en la que trabajó mi padre que era la Agencia K dirigida por el Sr Mier en la que en una ocasión un cliente descontento echaba en falta, a voz en grito, una sílaba para la agencia y otra para el director.
Esto me recuerda a un programa de TeleMadrid en el que reunieron a decenas de personas con nombres y/o apellidos malsonantes: Mier Daza, Dolores Fuertes de Barriga y esas cosas que parecen de chiste. El presentador, aquel Jaime Bores, de aspecto atildadito y pocas luces, los hacía entrar al plató gritando sus nombres a voz en grito para descojone del personal y el mío propio, que no podía parar de carcajearme solita en casa. Creo que la ley contempla estas cosas (habría que haberles visto reunidos decidiendo) y muchos decidían cambiar de orden los apellidos y acabar con la mofa. Al banquero de tu padre debía irle la marcha...
ResponderEliminarHabía una leyenda urbana sobre un tal Pedro Mierda desesperado hasta llegar a la mayoría de edad para poder cambiarse el nombre en el Registro que cuando llegó el gran día, el registrador le preguntó cuál sería su nuevo nombre y el solicitante contestó: "Juan Mierda"
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