
Cada vez que paso por esta composición bajando la calle Jesús y María, pienso (en vísperas de Navidad) ¡María y José! -Ya sólo falta la mula y el buey- La interjección, algo cursi, viene por la belleza de la concurrencia de elementos tan dispares que desembocan en un equilibrio
tan sereno y tan desconcertante en el mensaje. ¿Qué pinta ese reproche a la insolidaridad del "First World", encima de la cafetera italiana en ese trozo de cocina hiperrealista alicatada en los años 70?-Todo sobre una masa cementosa gris que viene de perlas (grises)-
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