En agosto del 74, Cullera, 200 grados a la sombra desde que salía el sol hasta el ocaso y por la noche también, mi padre me regaló un genuino reloj
ASEIKÓN que a las 11:05 ó a las 12:55, se transformaba en un SEIKO...Pues Seiko ó Aseikón, 35 años después, todavía funciona el marikón.
Pues para no gustarte los regalos, te veo muy orgulloso. Si lo que quieres es algo que dure... ¡un conejito para tu próximo cumpleaños!
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