viernes, 4 de septiembre de 2009

Gorra, gorrina, gorra


El día mecionado de la última gran nevada de Madrid, este funcionario, a falta de toalla, tiró la gorra por no poder asumir el compromiso de "limpio y verde". Después de las primeras emociones blancas, con el tráfico la nieve se convierte en grasuza negra, fría y resbaladiza bajo el impeninable atasco.

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