Dime de qué presumes y por lo menos haz un esfuerzo
La primera en la frente para que nos libre Dios de los malos pensamientos. Con esta carta de presentación hace falta valor (ven a la escuela de calor) para encargarles tu instalación electrotécnica. Me acuerdo de aquel peluquero calvo al que pregunté si conocía algún remedio para la calvicie o del dentista estético que tenía tremendo lío de dientes amarillos de abajo.
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