jueves, 1 de marzo de 2012

Constante cambio de plumas

En verano mi tío se iba a Pamplona confiando a su hijo el cuidado de un pájaro que tenía. En la víspera de la vuelta del padre y en más de dos ocasiónes, mi primo andaba por las tiendas especializadas, cadáver en mano, buscando el volátil más parecido para reponerlo...Mi tío se maravillaba de los continuos cambios de pluma, color e incluso personalidad del pajarraco.
Esta esquina de Atocha es siempre la misma pero, diariamente, anuncia algo distinto. (No hay ni 20 horas de diferencia entre las fotos)

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