En un ambiente sin pasta y sin duda razonable de llegar a tenerla, paso por delante de esta tienda del Rastro que afronta valiente y lustrosa la cuesta de enero (yo voy de bajada).
Me acuerdo de un jefe de ventas de mi primer trabajo que entraba siempre en la oficina diciendo: las 13:00 h. y sin vender una escoba.
Me acuerdo de un jefe de ventas de mi primer trabajo que entraba siempre en la oficina diciendo: las 13:00 h. y sin vender una escoba.
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