Hace cuatro días el veredicto final para este tipo era un solemne "hijo mío, no serás nada en la vida"; en los tiempos que corren igual llega a presidente de la Nación, gobernador del Banco de España o similar, dicho sea de paso, sin "animus laedendi" y exclusivo propósito premonitorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario