Subiendo la Cuesta de Moyano nuestra de cada día, me encuentro a este vivacman de diario al que el Ayuntamiento, amablemente, le ha colocado una raspa de pescado de forja en el respiradero del metro sobre el que se tumban para aprovechar el airecillo calentorro. A última hora del día me topo con el anuncio de abajo.
¿tiene vistas por el otro lado?
ResponderEliminarNo, llegaba tarde a currar y sólo le he sacado la retaguardia y a la piba Pikolín sólo le ha pagado esta posición
ResponderEliminarParece que tu amiga ha sobrevivido a una descarga de metralleta. Si es que no hay nada como ser pibón.
ResponderEliminarSí que parece la Puerta de Alcalá post Guerra Civil. En realidad deben ser los puntos de descanso de la gente perfecta
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