Voy en mi coche que más que caballos de potencia tiene perros y (no todos vivos) y el caso es que semáforo a semáforo me voy encontrando con este phenomenon que parece el Barón Münchhausen cabalgando sobre su bala de cañón y es que decía Jorge Manrique:
a papas y emperadores y prelados,
así los trata la DGT
como a los pobres pastores de ganados.